"No digas en la red lo que no querrías que fuera expuesto en un anuncio panorámico con tu cara puesta en él" -Erin Bury-
La transformación digital está cambiando nuestra sociedad. Las tecnologías de la información (TICs) nos ofrecen muchos beneficios ya que, entre otros, facilitan la difusión del conocimiento y la cultura, propician el desarrollo económico, fomentan la creatividad, favorecen las relaciones sociales y generan espacios de ocio.
Internet y las redes sociales han supuesto un nuevo campo en el que explorar la sexualidad. La comunicación es constante, disponible las 24 horas del día y desde prácticamente cualquier lugar del mundo. Adultos, jóvenes y adolescentes experimentan con su cuerpo y juegan a enviar contenidos eróticos a través de las redes. Estos factores que facilitan las relaciones implican grandes riesgos.
Internet supone una vía de expresión y experimentación que a simple vista parece inofensiva, pero esta combinación de factores puede llevar a conductas de riesgo, especialmente si no existe una educación sexual y afectiva que les permita protegerse. El intercambio de mensajes sexuales y la exploración del propio cuerpo no tiene nada negativo, pero si no se toman las medidas adecuadas, puede desembocar en problemas importantes relacionados con la intimidad, seguridad o integridad física y mental.
FACTORES QUE FAVORECEN LOS ABUSOS EN LA RED
Anonimato. Internet facilita esconderse de la realidad y mostrarse tras una máscara. Esto hace que se llevan a cabo conductas que no tendrían lugar en persona ni en el propio entorno.
La red sumerge en un mundo paralelo donde la ausencia del cara a cara hace que las reglas del juego y los límites estén difusos. En internet se producen múltiples interacciones con varias personas a la vez y es muy fácil acceder a diferentes contactos y perfiles sin necesidad de seguir normas sociales.
La percepción del riesgo decrece y los usuarios de redes sociales cometen imprudencias a la hora de relacionarse, haciendo que las relaciones se produzcan de manera frenética, desinhibida y rápida.
La falta de contacto directo parece incitar a la experimentación sin medir las consecuencias. Los perfiles parecen no representar a personas de carne y hueso, haciendo que terminar y empezar una relacion se vuelva superficial, como si se tratase de una transacción comercial en la que se intercambia una ganancia afectiva o sexual. Cuando desaparecen los beneficios, aparece el aburrimiento y se pasa al siguiente perfil.
Falta de empatía de los abusadores. El abismo entre la red y la realidad impide ponerse en el lugar del otro y se ignora el sufrimiento o la posibilidad de dañar a los demás.
Ausencia de seguridad para las víctimas. No existe un espacio concreto, ya que la red no tiene límites espacio-temporales y lo que en ella se comparte queda grabado para siempre.
No considerar relevantes las actuaciones en Internet en comparación con aquello que hacemos en persona. Es importante tomar conciencia del impacto de las redes y sus riesgos, preguntarnos quién está detrás de la pantalla, con quién hablamos al otro lado y qué contenido estamos compartiendo con esa persona.
SEXTING
El sexting supone el envío de fotografías o vídeos de contenido sexual de mayor o menor carga erótica entre personas que voluntariamente lo consienten y que forma parte de su libre actividad sexual. Esta práctica se ve motivada por diferentes aspectos como, por ejemplo, tratar de explorar la identidad u orientación sexual propia, realizar juegos eróticos con tu pareja o con diferentes personas a la vez, para aumentar la autoestima o como un medio en el que atreverse a hacer y decir aquello que en persona no se ha hecho por vergüenza, miedo u otras limitaciones.
Internet es una puerta abierta a millones de jóvenes y adultos que utilizan la red para compartir contenidos sexuales. En ocasiones no somos conscientes de los peligros, pero es importante conocerlos por dos motivos:
Para dotar de educación sexual a los menores y enseñarles a usar las redes de forma segura.Para elegir qué queremos hacer con nuestro cuerpo y nuestra privacidad en internet.
Motivos por los cuales se practica sexting:
Presión social, para encajar en un entorno social cada vez más sexualizado y llamar la atención del grupo. La pornografía y los contenidos eróticos son tan habituales que participar en ellos deja de parecer extraño o peligroso.Confianza en la discreción del receptor del mensaje.
Desconocimiento técnico al pensar que enviar contenido de móvil a móvil no se reproducirá en otros medios, como por ejemplo cuando se produce la pérdida o robo del teléfono.
Incapacidad para percibir el riesgo sin ser conscientes de las consecuencias futuras.
ONLINE GROOMING
El proceso mediante el cual un adulto lleva a cabo abusos sexuales a un menor través de la red es el online grooming. Se produce porque internet ofrece la posibilidad de ocultar la identidad personal generando diferentes perfiles que no tienen que coincidir con la realidad, porque una persona puede mostrarse con un perfil falso y comunicarse a través de él de manera simultánea con varias personas a la vez. Esto supone un riesgo añadido, ya que los adultos tienen fácil acceso a cuentas de menores con los que entablar contacto sin ningún tipo de control. Los abusos se pueden producir de manera directa en persona o por vías indirectas como internet, solicitando contenidos sexuales explícitos a los menores a través, por ejemplo, de fotos o vídeos personales.
EFECTOS DEL SEXTING Y EL GROOMING: LA PORNOVENGANZA
La pornovenganza es la difusión de contenidos sexuales de una persona con el objetivo de dañarla. Está motivado por la venganza, los celos o la envidia. Hay que ser precavido y no practicar el sexting si no se confía plenamente en la otra persona. Sus efectos pueden ser muy complejos, ya que van desde la pérdida de la privacidad y el daño irreparable de su imagen hasta la humillación por parte de aquellos que acceden de cualquier forma a las imágenes de la víctima. Esta situación puede derivar, en última instancia, en múltiples situaciones dañinas para la persona, tales como acoso, extorsión, pederastia, grooming o acoso de un adulto al menor cuando las imágenes o grabaciones llegan a manos de los ciberdelincuentes.
La mejor forma para no sufrir pornovenganza es no compartir imágenes comprometidas, aunque es una práctica habitual y, hasta cierto punto, saludable en la pareja. La mejor forma de protegerse de la pornovenganza es tratando el sexting como cualquier otra práctica sexual arriesgada, es decir, limitándonos a practicarla con aquellas personas con las que tenemos plena confianza. Esta práctica no está libre de peligros porque aunque confiemos plenamente en nuestra pareja actual, ésta puede romperse y a veces, por celos o despecho, la otra persona no se comporta como debería.
Desde un punto de vista pragmático, una buena forma de protegerse es no compartir contenido explícito si no se recibe a cambio otro contenido del mismo tipo, ya que de esta forma, quien esté pensando en vengarse difundiendo este contenido, lo pensará dos veces porque sabe que la otra persona puede hacer lo mismo.
PREVENCIÓN DEL SEXTING EN ADOLESCENTES
Educación sexual, inteligencia emocional y habilidades sociales.
Hacer hincapié en la privacidad, especialmente en lo intrusivas que pueden llegar a ser las redes sociales. Es recomendable que los padres tengan conversaciones con sus hijos sobre este tema.
El menor no debe pagar su propia cuenta de teléfono móvil, ya que si lo paga, se siente merecedor de autonomía y esto le provoc una falsa sensación de que es adulto.
Evitar que los menores tengan ordenadores en su habitación. Al tenerla en un área pública prevenimos comportamientos derivados del exceso hormonal y la influencia de páginas de contenido explícito.
Hablar con los menores sobre cómo al enviar información perdemos el control sobre la misma, siendo imposible saber de antemano el alcance que tendrá. Para los adolescentes es fácil hacer sexting con sus parejas, ya que sienten plena confianza con esa persona. Hablar con los menores sobre cómo mantenerse al margen de sexting, ya que aún cuando no sean ellos los que toman las fotografías, podría llegar a sus manos una fotografía o vídeo de un tercero. Si se da el caso, deben abstenerse de reenviarlas. Hay que evitar solicitar imágenes explícitas y hay que hacerles ver los riesgos que existen si las fotografías caen en manos equivocadas.
Hacerles ver que en algunas ocasiones el intercambio o reenvío de material gráfico con contenido sexual explícito donde aparecen menores de edad es considerado pornografía infantil y está penado por la ley.
CONSECUENCIAS Y PROBLEMAS PSICOLÓGICOS DERIVADOS DEL SEXTING
La persona que envía sexting puede ser acosada, humillada y vejada hasta el punto de originarse trastornos psicológicos tan serios como la ansiedad y la depresión.
Puede ser incluso extorsionado tanto en persona como a través de internet. Es una situación muy delicada, ya que se suele ceder al chantaje ante el temor de que el extorsionador difunda públicamente las imágenes o el vídeo y las consecuencias serían acceder a seguir enviando contenido sexual o, en casos extremos, acceder a mantener relaciones sexuales.
El chantaje puede proceder de personas conocidas o de otras que se ganan la confianza del menor, como los pederastas, aunque el mayor riesgo es que el contenido puede contener ciertos elementos que ayuden al pederasta a identificar la ubicación física del menor.
Los problemas psicológicos que genera el sexting en el adolescente no deben menospreciarse, ya que se han llegado a dar casos de suicidio e infinidad de casos de ansiedad, depresión, pérdida de autoestima, humillaciones o aislamiento social. En estos casos, la terapia psicológica ayuda al adolescente a superar los trastornos generados por las consecuencias del sexting y los enseñará a reaccionar frente a este tipo de situaciones.
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