"Ante un conflicto intentaremos construír puentes de comprensión"
El conflicto es una situación de enfrentamiento provocada por una contraposición de intereses en relación con un mismo asunto. Puede ser sobre cualquier cosa y puede implicar desacuerdo, malentendido o diferencia de opiniones y creencias.
Ante una situación conflictiva podemos reaccionar con sentimientos de ansiedad y angustia cuando consideramos que el asunto es importante y no encontramos una solución satisfactoria.
Hay dos tipos de conflictos:
Individuales: surgen cuando nosotros mismo luchamos entre dos opciones que parecen contrarias. Si no encontramos una solución eficaz podemos acabar con sentimientos de ansiedad y angustia.
Interpersonales: surgen cuando las personas o grupos se enfrentan por mantener o creer mantener intereses opuestos respecto a un mismo asunto y no encuentran una solución eficaz para ambos, es decir, cuando alguien encuentra en el comportamiento de los demás un obstáculo que se interpone en el logro de sus objetivos.
IMPORTANCIA DE SABER RESOLVER CONFLICTOS
El conflicto es inseparable de las dificultades de la vida diaria y de las relaciones humanas y se pueden resolver de tres maneras:
De forma correcta o asertiva: son soluciones que permiten obtener beneficios a todos los implicados, todos ganan. Te encontrarás a gusto contigo mismo y los demás se alegrarán de estar a tu lado. Incrementa tu autoestima y la de los demás.
De forma pasiva: aceptarás las exigencias de la otra persona, evitarás el conflicto y la otra persona saldrá ganando. Te sentirás mal contigo mismo, con angustia y ansiedad y tu autoestima disminuirá.
De forma agresiva: las soluciones provocan enfrentamiento y competición para ganar. Pretenderás sacar el máximo beneficio humillando a los demás sin tenerlos en cuenta como personas. Las cosas empeorarán y serás rechazado, disminuyendo tu autoestima.
CÓMO RESOLVER CONFLICTOS
FASE DE PREPARACIÓN
El primer paso es reconocer que existe un conflicto, observando nuestros sentimientos para detectar tristeza, preocupación, ira y enfado. Una vez hecho esto intentaremos estar tranquilos, aunque esto es complicado, y reflexionaremos antes de hablar, pensando lo que vamos a decir.
FASE DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Identificar bien cuál es el problema, describirlo como si se lo contásemos a un amigo y averiguar cuáles son tus pensamientos, sentimientos y los de la otra persona (¿Qué pensaste en ese momento?....... ¿Qué crees que pensó la otra persona? // ¿Cómo te sentiste?....... ¿Cómo se sintió la otra persona?)
Fijar un objetivo formulándonos la pregunta: ¿Cuál es el resultado deseado en esta situación?
Pensar en muchas soluciones posibles. Generaremos muchas alternativas de solución, cuantas más mejor, sin valorar las consecuencias.
Anticipar las consecuencias (de nuestros actos y de los actos de los demás) que puede tener cada solución (Si hago/digo esto, ¿qué puede ocurrir? // Si la otra persona hace/dice esto, ¿qué puede ocurrir? // ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene cada consecuencia para tí o para la otra persona?)
Elegir la mejor solución después de haberlas evaluado todas. (¿Esta solución es efectiva? ¿Resuelve el problema? ¿Crea otros problemas? ¿Es una solución justa? ¿Cómo me sentiría? ¿Cómo se sentirá la otra persona?)
Practicar la solución elegida planificando paso a paso lo que se va a hacer y anticipar los obstáculos que pueden dificultar el logro de la meta. Después la pondremos en práctica.
Evaluar los resultados obtenidos. Si son positivos se resuelve el conflicto y si no son lo esperado habrá que probar otra solución.
Generalmente podremos resolver los conflictos a través de una comunicación asertiva. Abordaremos el problema directamente, con tranquilidad y respetando al otro. Con una comunicación adecuada se puede incluso prevenir el conflicto.
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