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Foto del escritorMónica Lestón

PSICOLOGÍA DEL DESAMOR

"Desenamorarse no es fácil porque no elegimos estar con alguien para luego distanciarnos y romper con todo lo vivido"


El dolor de una ruptura de pareja se puede manifestar con momentos de vacío, añoranza y melancolía. Se trata de un proceso de duelo que forma parte de la curación emocional. El dolor no es proporcional a los años de relación, sino que tiene que ver con factores como el grado de enamoramiento, complicidad y adoración hacia la otra persona y con los recuersos y experiencias que uno tenga.


Es más difícil dejar una relación estando aún enamorado, porque en este caso el amor no ha sido el motivo de la ruptura, sino que han intervenido otros factores que no hemos podido controlar. Todavía existe una experiencia más dura y difícil de afrontar: cuando nuestra pareja nos deja o decide finalizar la relación y no tenemos otra opción para elegir. En ese momento es posible que pasemos por un periodo en el que no somos conscientes de lo sucedido y nos cueste asimilarlo, pero cuando nos demos cuenta, el mundo se nos caerá encima y nos romperemos en mil pedazos. Con el tiempo y tras un proceso de duelo, las heridas sanarán y seguiremos adelante.


En el otro extemo están los que dejan a sus parejas, los que deciden acabar la relación. También sufren, ya que han dejado a alguien a quien han querido mucho y no querían hacer daño. En este caso habría que trabajar el sentimiento de culpa, la autoestima y el desapego.


Cuando la ruptura es de mutuo acuerdo, el dolor se vive de forma diferente y está mucho más repartido. En general, es más complicado cuando la ruptura es brusca o una de las partes no espera que suceda.


FASES DEL DESAMOR


  1. Negación y aislamiento.  Se niega la realidad y se actúa como si todo continuara igual (los dos juntos). Esta etapa suele ser breve. Ocurre como protección, ya que el impacto de la ruptura es tan grande que cuesta asimilarlo. Es importante ser consciente de las emociones y del motivo por el que están ahí y ver la situación de la manera más objetiva posible.

  2. Ira. Siente una rabia y una ira muy fuerte hacia la persona que le ha dejado. Siente frustración por lo ocurrido y culpa a la otra persona de lo ocurrido. Suele aparecer la venganza. La rabia puede ser hacia uno mismo o hacia quien le rodea.

  3. Negociación. Esta fase puede ser muy peligrosa si no se gestiona bien, pues en un intento de aceptar la situación y acercarse a la otra persona de nuevo, se puede cometer el error de tratar de hacer cualquier cosa para recuperar la relación. Un mal acercamiento puede arruinar la situación nuevamente e incluso empeorarla.

  4. Depresión. Se pierde la esperanza de recuperar a esa persona. Comienza a ser objetivo y a darse cuenta de que no hay vuelta atrás, lo que hace que esa persona se sienta realmente apenada ante la pérdida.

  5. Aceptación. Tras la tristeza, se empieza a visualizar un futuro nuevo. Acepta que la relación se acabó y que lo que no pudo ser, no será. Ya no buscará estar con esa persona, encontrará la paz y se preparará para conocer a una nueva pareja.


EL PRIMER AÑO TRAS LA RUPTURA


El primer año es un periodo significativo, porque en  este tiempo se celebran días tan nostálgicos como el aniversario de pareja, los cumpleaños o la Navidad.


Más allá de este periodo de un año, cuando la tristeza afecta incluso a la calidad de vida del  afectado, puede darse un duelo patológico que mostrará una forma de tristeza insana. La tristeza del desamor puede derivar en una depresión cuando la persona se posiciona como víctima.


COSAS QUE NO DEBES HACER


  • Mantener contacto continuo con nuestra expareja. No es malo si solamente y de vez en cuando nos cercioramos de que está bien. Lo preocupante viene si el contacto es diario, ya que puede ser que nos ilusionemos y tengamos la idea de poder recuperar a esa persona cuando no es así.

  • Obsesionarnos por buscar qué hemos hecho mal o dónde hemos fallado. Los motivos de una ruptura suelen ser un cúmulo de variables, no suele haber un motivo único. Debemos respetar la decisión que la otra persona ha tomado.

  • Tener esperanzas de volver. Al principio cualquier detalle nos puede ilusionar. Debemos detenernos a reflexionar e intentar aceptar lo sucedido. Nos llevará un tiempo pero es la mejor opción si no queremos hacernos más daño.

  • Conservar objetos y ropa de la otra persona. Conservar ropa y cogerla u olerla de vez en cuando nos ancla al pasado y no nos permite avanzar. Lo mejor es devolver todo aquello que no haya sido un regalo y estos últimos guardarlos en un lugar seguro hasta que estemos preparados para verlos de nuevo.


Tu actitud es lo más importante. Encontrarás un sentido constructivo a un desamor  si consigues enfocarte en un objetivo que te ilusione.



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