top of page
Foto del escritorMónica Lestón

PERSONAS CONTROLADORAS

"El control es una forma de dominación que, disfrazado de cuidado hacia los demás, consigue que los demás hagan lo que el controlador decide o dictamina a través de técnicas de manipulación"


La obsesión por el control surge por la búsqueda de una sensación de seguridad. La inestabilidad en la infancia, padres que podían enfadarse en cualquier momento por cualquier motivo, etc. Esto hace que los niños aprendan a sobrevivir en un estado de alerta permanente, en una búsqueda continua por poseer el control de la situación para poder sentirse seguros por unos instantes.


EL CONTROLADOR


Estas personas expresan actitudes que limitan la libertad de los demás. Su forma de ser es un arma de doble filo, ya que por un lado aporta prestigio, los demás valoran su esfuerzo y les agradecen sus dotes de planificación y mando y por otra parte, además de ser agotador, obliga a estas personas a vivir en continua tensión para no dejar ningún cabo suelto. Su mente no tiene un momento de respiro, ya que está repasando continuamente y sin descanso todos los planes para pulir detalles y perfeccionarlos.


El principal problema surge cuando la cabeza toma el control absoluto sobre las acciones, ya que desaparece el espacio para la intuición y la improvisación. Estas personas son incapaces de admitir un solo cambio de planes o un imprevisto, ya que para ellas todo tiene que estar medido y planificado.


LAS PERSONAS SOMETIDAS A UN EXCESO DE CONTROL


Las personas sometidas a este exceso de control se quejan de que nunca consiguen relajarse ni tampoco logran ser felices. Por mucho que se esfuercen, siempre están preocupados anticipando posibles dificultades que puedan aparecer.


Físicamente pueden presentar problemas de espalda, contracturas, tensión muscular, estreñimiento y más síntomas relacionados con su propia necesidad de control.


Para ellos, la sensación de tenerlo todo bajo control les proporciona seguridad, aunque es momentánea y engañosa porque siempre surgen nuevas variables que rompen su delicado equilibrio interior. El exceso de control es un bucle infinito en el que siempre afloran detalles que se escapan y que es necesario controlar.


CÓMO ACTÚAN LAS PERSONAS CONTROLADORAS


  • Te critican constantemente. Nunca están satisfechos con lo que hacen los demás. Creen que lo que hacen es correcto y que saben más. Criticarán todo lo que tenga que ver contigo para hacerte saber que estás equivocado. 

  • Se acercan a ti y luego ponen distancia para obtener el control definitivo. Una vez que conoces a una persona controladora, la relación cambia rápidamente. Hablas constantemente con ella y pasáis mucho tiempo juntos. Confías en su afecto. Cuando te tiene en sus redes, se distancia para que te des cuenta de que la necesitas.

  • Se enfadan cuando haces preguntas. No les gusta que las interroguen porque creen que siempre tienen la razón. Si les pides que expliquen motivos, opiniones o razones, se pondrán a la defensiva y se molestarán al instante. Quieren que sigas sus mandatos sin cuestionarlos.

  • Usan la culpa para manipularte. Usan frases como "Si me quieres lo harás". Tratan de culparte para que sigas sus órdenes y hagas las cosas a su manera. Esto es un signo de una relación tóxica que puede terminar en daño emocional.

  • No toleran ideas u opiniones de nadie más. Controlar a los demás es tener una mente extremadamente cerrada. Piensan que siempre tienen la razón y no ven la necesidad de que los demás tengan ideas, creencias u opiniones propias. Carecen de tolerancia hacia los demás, especialmente hacia aquellos que no están de acuerdo con ellos. Su incapacidad para tolerar hace que tengan pocos amigos.

  • Ellos ponen las reglas sobre tu vida. Como insisten en que saben lo que es mejor para ti, ellos impondrán las reglas. Pueden exigir saber dónde estás y con quién en todo momento. Te pueden prohibir hacer cosas y tienes que cumplir sus normas.

  • Te hacen sentir mal por ser tú mismo. Si empiezas a reconocer sus comportamientos y no sigues sus reglas, se enfadarán. Te dirán que has cambiado y que no les gusta la persona en la que te has convertido. Dirán que eres desagradecido y, una vez que sientan que su poder se les escapa, dirán cualquier cosa para hacerte sentir culpable. 


CÓMO ACTUAR


  • Comprender su necesidad por tener el control. Estas personas se sienten fuera de control y buscan controlar a alguien más. Temen al fracaso, especialmente al suyo propio, y a ser incapaces de comprender las consecuencias cuando las cosas salen mal. Poseen una esencia de miedo o ansiedad respecto a sus propias limitaciones, una preocupación por no ser respetados y una desconfianza en la capacidad de los demás para hacer lo que se les pide. Son incapaces de confiar en que alguien haga mejor el trabajo que ellas. Les gusta aparentar ser la única figura de autoridad. Sus principales cualidades son la falta de confianza en los demás, necesidad de criticar, sentimiento de superioridad o arrogancia y gusto por el poder. También pueden pensar que merecen más cosas que los demás y sienten que no necesitan demostrar respeto.

  • ¿Necesita ayuda profesional la persona controladora? Las personas controladoras o mandonas pueden sufrir un trastorno de personalidad (narcisista o antisocial, posiblemente) que se origina a partir de experiencias de la infancia o adultez temprana que no se han podido resolver con claridad. Aunque necesite ayuda profesional, será difícil llevar a cabo la evaluación, ya que suelen culpar a los demás de sus problemas. 

  • Entender la manera en que una persona controladora afecta a los demás. Si siempre te sientes como un niño a su lado, su objetivo serás controlarte a ti o a la situación. Ignora tus habilidades, experiencias y derechos optando por enfatizar sus capacidades por encima de las tuyas. 

  • Las personas "amables" pueden ser mandonas y controladoras. Son las típicas personas que insisten en que si no haces X, las cosas te saldrán muy mal. Se presentan como la voz de la razón y te hacen saber que eres irracional. Toman decisiones sin consultarte "por tu propio bien" y esperan que te sientas a gusto con esto. Carecen de empatía y a menudo no son conscientes del impacto de sus palabras y acciones sobre otros. Esto puede ser resultado de la inseguridad y de la infelicidad, aunque en ocasiones también se debe a una arrogancia absoluta.

  • Tu valor no proviene de la persona controladora. Eres un igual aunque su comportamiento diga lo contrario. La persona controladora, especialmente si es un familiar, puede empeorar tu autoestima. Recuerda que la naturaleza controladora es su problema, no el tuyo. No le permitas que te domine o te vencerá.


PAUTAS A SEGUIR: LA RESPUESTA CONSTRUCTIVA


  • Imponte. Hazle saber que no toleras su actitud. Cuanto más tiempo pase, más se afianza el patrón y la otra persona asume que lo aceptas. Aborda a esa persona en privado y explícale tus preocupaciones. Enfoca la conversación sobre el comportamiento controlador y pídele respeto.

  • Mantén la calma. Enfadarse no resuelve el problema y hará que la persona controladora te vea débil y fácil de controlar. 

  • Evita a esa persona lo máximo posible. Si es un miembro de la familia trata de mantenerte alejado de su camino. Recuerda que ese comportamiento controlador es un mecanismo de afrontamiento y no significa que te menosprecie.

  • Controla sus niveles de ansiedad. Cuando están estresados atacan a los demás. Cuando se incrementan los niveles de ansiedad son más propensos a tomar el control.

  • Busca aspectos positivos. Una persona controladora, si siente que la entiendes y que pregonas sus atributos positivos, dejará de verte como una amenaza dentro de su mente impulsada por la ansiedad.

  • Halaga a la persona controladora cuando se lo merezca. Presta atención a sus señales de confianza. Si te demuestra confianza, respeto o incluso responsabilidad, aprovecha y halágala. Si tienes en cuenta lo bueno y lo reconoces la harás sentirse bien por dentro y querrá hacerlo de nuevo.

  • Ten en cuenta que es posible que no te escuche.


Si ya has hecho todo lo posible y no consigues sentirte bien cerca de una persona controladora, ten en cuenta que tu vida es lo más importante y busca relaciones saludables. Elige perdonar para hallar paz en tu vida y reconstruye tu confianza con personas que te hagan sentir bien. Planifica tus siguientes pasos, ya que si vives con una persona controladora debes intentar solucionar las cosas de forma estratégica, sin alimentar discusiones y compartiendo lo que sientes de forma eficaz y tranquila. No necesitas estar bajo su control y puedes hacer lo que te apetezca. A veces, alejarse es la mejor solución.




237 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page