" Tener a una persona entre nuestros brazos tiene un efecto tranquilizante. Los abrazos son caricias para el alma"
Los abrazos tienen mucha importancia ya desde pequeños. Los estudios afirman que sin contacto, muchos bebés no lograrían sobrevivir. Sentir el cariño, el amor y el calor humano es incluso más importante que cubrir las necesidades básicas del bebé.
La duración media de un abrazo entre dos personas es de tres segundos, pero los investigadores han descubierto que cuando un abrazo dura 20 segundos, se produce un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente. Esto ocurre porque durante un abrazo sincero se produce una hormona llamada oxitocina u hormona del amor. Esta sustancia también la producimos cuando nos besamos y tiene muchos beneficios para nuestra salud física y mental. Nos ayuda, entre otras cosas, a no estar tristes, a relajarnos, a sentirnos seguros, a calmar nuestra ansiedad y nuestros temores, reduce la presión arterial y produce beneficios cardiovasculares. Además, los besos tienen un efecto parecido al de un analgésico, hacen que quememos entre 12 y 15 calorías y disminuyen las arrugas.
BENEFICIOS PSICOLÓGICOS DEL ABRAZO
Incrementan la confianza y la seguridad. Los abrazos nos hacen sentir apoyados, protegidos y confiados. Un buen abrazo nos relaja y nos brinda la confianza que necesitamos.
Reduce los sentimientos de enfado y apatía. Los abrazos logran estimular la circulación y nuestro cuerpo elimina la tensión.
Favorece la felicidad y mejora tu estado de ánimo. Cuando nos abrazan sentimos la felicidad y la seguridad necesarias para poder elevar nuestra autoestima, algo que sucede gracias a la serotonina.
Fortalece el sistema inmunitario. Tanto si damos un abrazo como si lo recibimos, nuestro sistema inmunitario se ve fortalecido porque nuestro sistema se activa favoreciendo la creación de glóbulos blancos. Gracias a esto, logramos prevenir muchas enfermedades y, si nos encontramos débiles, mejorar nuestras defensas.
Reduce el riesgo de padecer demencia. Dar y recibir abrazos a una edad temprana, puede ayudar a prevenir la demencia. Los abrazos nos brindan tranquilidad, equilibrando nuestro sistema nervioso.
Rejuvenece el cuerpo. Los abrazos favorecen la oxigenación de nuestros tejidos. Esto aumenta la vida de nuestras células evitando que envejezcan prematuramente. Los abrazos nos mantienen jóvenes más tiempo.
Disminuye la presión arterial. Los abrazos liberan oxitocina y nos ayudan a regular la presión arterial.
Beneficios integrales. Mejoran la gestión de las emociones y provocan desbloqueos emocionales y físicos.
Fortalece la autoestima. Se produce una mayor aceptación y reconocimiento de uno mismo y del prójimo, desarrollándose empatía y asertividad.
Conexión. Los abrazos permiten conectar, desde la autenticidad y la aceptación, con nuestra propia vulnerabilidad, comunican respeto y solidaridad y nos rescatan de la soledad y el aislamiento.
En definitiva, a través del intercambio de abrazos, logramos brindar seguridad, reforzar la autoestima, alegrar el espíritu, reconocer nuestros propios límites, fusionar cuerpo, mente y emociones, celebrar la vida, conectar con el aquí y el ahora y aliviar la soledad.
Pero a pesar de todos estos beneficios, muchas personas han puesto murallas a su alrededor y no disfrutan de los abrazos. ¿Conseguirán derribar estos muros para disfrutar de la vida?
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