"Había una vez una familia de ranas que vivía muy feliz en el estanque hasta que una de ellas fue atrapada. Fue colocada en una olla de agua tibia sobre la estufa para cocinarla. Como el agua estaba tibia, la rana no sentía ni se daba cuenta de nada. Le gustaba el baño en agua tibia. Distraída y disfrutando del baño no se dio cuenta de que la temperatura estaba aumentando y ella fue ajustando la temperatura de su cuerpo para adaptarse al calor. Justo cuando el agua estaba a punto de hervir y cuando la rana había agotado su energía con los ajustes de temperatura corporal ¡Ya no podía saltar! Entonces se murió. La rana feliz había sido hervida"
¿Qué o quién la mató? No fue el agua hirviendo.
Fue ella misma, se suicidó.
Fue su desgaste energético al ir ajustando su temperatura corporal.
Fue su distracción.
Fue su incapacidad para decidir cuándo saltar.
Moraleja: si te vas acomodando y acostumbrando a los cambios que llegan sin reflexionar sobre ellos, puede que pierdas la visión de la realidad y termine afectando a tu calidad de vida. Busca siempre lo mejor para ser feliz y nunca pierdas la visión del lugar donde te encuentras.
Todos debemos tomar decisiones trascendentales en nuestra vida. Debemos identificar el momento preciso para saltar mientras tengamos fuerzas. Estaremos conscientes de nuestro aquí y ahora sin distraernos porque nadie saltará por nosotros. Aprende a decir sí o no en el momento preciso y salta hacia tu objetivo: TU VIDA. La responsabilidad de tu vida es tuya y de nadie más.
Esta analogía se toma del libro "La rana que no sabía que estaba hervida... y otras lecciones de vida" del escritor y filósofo Olivier Clerk, que destaca por escribir libros de autoayuda. En su libro, usa como analogía la situación de una rana en una cazuela llena de agua a la cual se le va aumentando su temperatura lentamente. Debido a que la rana regula su propia temperatura y el aumento de la temperatura es progresivamente tan lento que no puede percibirlo durante el proceso, cuando llegue a percibirlo, no tendrá energía suficiente para saltar y escapar. Si la rana hubiese entrado con el agua a alta temperatura, habría saltado al percibir como peligro el continuar allí.
Un individuo es incapaz de reaccionar ante situaciones de estrés y/o maltrato sutil cuyo deterioro es progresivamente lento, haciendo que no pueda percatarse del daño y al que se le añade la posterior creencia de no poder salir de dicha situación, provocando un desgaste emocional progresivo. Esto ocurre principalmente cuando dicha persona se encuentra en un estado mental de zona de confort donde permanece pasivo ante los sucesos que experimenta. Puede presentar apatía, careciendo también de incentivos. Estas relaciones pueden encontrarse en las relaciones de dependencia emocional o en casos de violencia doméstica.
Las personas más inteligentes o que no viven en una relación que los tiene atrapados, son capaces de adaptarse a los cambios. Saben que deben abandonar el lugar en el momento indicado o quedarse si lo consideran oportuno. Utilizan el NO cuando lo creen conveniente y no se conforman sin más con lo que les va sucediendo en la vida. Son personas críticas, con fuerte personalidad, seguras de sí mismas y con las ideas claras. Estas personas son capaces de saltar en el momento indicado.
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