"Las mentiras o engaños infantiles denotan la frustración, la ira o las ganas de llamar la atención de un niño"
Todos los niños mienten en algún momento. A veces, su mundo de fantasía, sueños e imaginación se mezcla con la verdadera realidad. No hay que preocuparse en exceso si este comportamiento es erradicado convenientemente, ya que de perdurar puede afectar a su educación y desarrollo.
POR QUÉ MIENTEN LOS NIÑOS
Hay dos tipos de mentiras:
Mentiras naturales: tienen relación con la fantasía natural y la espontaneidad del niño y suceden en edades inferiores a los 5 años. No revisten gran importancia. Es algo natural en su desarrollo, ya que intentan crear una fantasía o realidad alternativa. Con el paso de los años el niño tendrá menos imaginación y dejará de recurrir a ellas.
Mentiras intencionadas. Saben en todo momento que están mintiendo y lo hacen con una intención específica por las siguientes causas:
Imitación. Es el primer paso para que un niño recurra a la mentira de forma habitual. Suelen ser hacia los padres o tutores, aunque también es corriente la imitación hacia otros niños. La base de su comportamiento radica en la admiración hacia las personas que imita e intenta copiar su forma de actuar. No reviste peligrosidad si se trata convenientemente y con el paso de los años aprende las consecuencias de las mentiras.
Miedos. "Tengo que hacer esto, me da miedo, invento una realidad para vencer el miedo". Muchos niños sienten un temor irracional ante diferentes acontecimientos, lo que propicia que deseen crear una realidad paralela en la que no sientan temor.
Necesidad de aparentar o creerse mejor. Muchos niños mienten en torno a sí mismos o a la figura de sus padres, creando un entorno mucho más favorable e idealizado, así como una forma de ser aceptados por los demás. La necesidad de que le "vean" mejor, que sea más valorado o incluso envidiado, realza la capacidad de mentir. Los casos más comunes son mentir sobre la profesión de los padres, lugar de residencia, hobbies, viajes, etc
Librarse de un castigo: obtener un beneficio de la mentira es uno de los antecedentes que originan un determinado comportamiento en el que mediante la acción y reacción de la mentira obtienen un determinado beneficio (ejemplo: si digo que he terminado los deberes me darán lo que quiero // si en el colegio explico que mis padres estaban de viaje, me libraré del castigo por no hacer los deberes) Es el comportamiento, dentro de la mentira, que más consecuencias entraña para la evolución del pensamiento del niño, ya que cuantos más beneficios obtenga de la mentira, mayor será la repetición de este comportamiento.
Necesidad de cambio: problemas en el colegio, dificultad para relacionarse o hacer amigos o malas relaciones en el entorno familiar son algunos de los casos en los que el niño recurre a la mentira con el fin de cambiar algún aspecto de su vida.
En cualquier caso, es conveniente indagar cuál es la causa de la mentira e intervenir en consecuencia. El comportamiento repetido de mentir origina un trastorno emocional en el niño que de no ser tratado convenientemente puede afectarle en su desarrollo.
LA MENTIRA SEGÚN LA EDAD
Niños menores de 3 años: no diferencian entre la verdad y la mentira, siendo para ellos la base de pequeñas experiencias en las que hacen uso de la imaginación. No se puede considerar que están mintiendo, ya que muestran "su verdad". La excepción a esto puede darse en un 1% de los niños.
Niños entre 3 y 5 años: a esta edad es cuando empiezan a mentir, pero de manera inconsciente. No desean engañar a nadie ni obtener un beneficio por ello. No diferencian la realidad entre mentir y decir la verdad. A esta edad empiezan a averiguar los entresijos de la mentira. Los niños cercanos a los 5 años, empiezan a notar la presión a la que los someten padres, tutores o maestros y para ellos la mentira se convierte en una "válvula de escape". Igualmente, pueden imitar el comportamiento de los padres en relación a comportamientos en los que se incluya la mentira.
De 5 a 7 años. Empiezan a encontrar significado a la mentira y a conocer las diferencias entre decir la verdad y mentir, en especial cuando pueden obtener un determinado beneficio. Las causas más frecuentes de la mentira en estos casos son:
Presión de los padres al desear un comportamiento determinado
Imitación, tanto de padres como de compañeros
Baja autoestima
Conseguir un beneficio
Falta de cariño
Atenciones
INTERVENCIÓN
Priorizar la idea de "dar ejemplo" a los niños con nuestros comportamientos. La imitación es un rasgo importante en los primeros años de vida, por lo que sus modelos de referencia, en este caso los padres, deben actuar en consecuencia y nunca mostrar la mentira como un rasgo en la vida de una persona.
Un niño debe saber las consecuencias de mentir y entender los comportamientos equivocados, tanto para él como para las personas de su alrededor.
Reforzar la autoconfianza del niño para evitar que mienta con el fin de buscar la aprobación de su familia, amigos o compañeros de clase.
Cuando un niño mienta, es conveniente no proceder a castigarle, ya que la idea de mentir para evitar un castigo es mayor que la de entender la conducta de decir la verdad.
No reírse de las mentiras de los niños. Es habitual que a padres o amigos, en los primeros años de la vida de un niño, les haga gracia el comportamiento de éste a la hora de decir una mentira. Es importante entender que si los niños observan que sus mentiras hacen gracia, las seguirán haciendo sin entender que es un comportamiento inadecuado.
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