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Foto del escritorMónica Lestón

CAMBIOS DE HUMOR

"Los sentimientos, en ocasiones, son como una montaña rusa y nos provocan cambios de humor"


¿Por qué en un día normal en el que nos sentimos bien y todo parece transcurrir con tranquilidad aparece algún pensamiento o circunstancia que, de repente, hace que nuestro humor cambie y comencemos a sentirnos mal: tristes, angustiados, estresados, pensativos...? Cuando estos cambios son frecuentes pueden llegar a condicionar nuestras relaciones y nuestro día a día.


Las alteraciones en el estado de ánimo o cambios de humor repentinos consisten en una serie de vaivenes emocionales que aparecen de forma súbita y en la que se experimentan emociones diversas en un corto espacio de tiempo. En este momento, una persona puede pasar de un estado de ánimo jovial a una angustia profunda o a un nerviosismo intenso sin que ocurra nada que lo provoque de manera consciente.


La inestabilidad emocional puede interferir en el ritmo de vida diario y a todos los niveles: personal, laboral y social.


Se pueden dar en cualquier sexo y edad, aunque habitualmente son adjudicados a las mujeres a causa de cambios hormonales como la menstruación y la menopausia.


CAUSAS


Las causas son múltiples. Pueden deberse a factores o sucesos externos, cambios hormonales o ciertas afecciones o trastornos mentales de fondo:


  • Adolescencia

  • Neurotransmisores (falta de serotonina o noradrenalina)

  • Síndrome premenstrual (SPM)

  • Embarazo

  • Menopausia

  • Trastornos de la conducta alimentaria

  • Trastorno bipolar

  • Trastornos de la personalidad como por ejemplo el trastorno de personalidad límite o histriónico.

  • Consumo de drogas


En muchos casos o momentos no es fácil determinar la causa del cambio de humor repentino. La aparición y manejo de las emociones es un hecho tan variable y se ve afectado por tantos factores que en muchas ocasiones es muy complicado saber qué nos está afectando.


CÓMO GESTIONAR LOS CAMBIOS DE HUMOR


Es habitual experimentar vaivenes emocionales, pero si no sabemos gestionarlos o manejarlos adecuadamente acabarán interfiriendo en nuestras relaciones sociales. Pueden afectar también al ámbito laboral, ya que  los cambios emocionales y el estado de ánimo bajo nos llevan a desmotivación, apatía y falta de productividad.


Podemos seguir una serie de claves tanto para controlar estos cambios de humor una vez que han aparecido como para evitarlos.


  • Establece una serie de rutinas calmantes. Encuentra rutinas o lugares donde estabilizar tus emociones. Estas rutinas pueden ser escuchar algo de música, salir a pasear o tomar una bebida caliente. Una vez identificada tu rutina, complétala hasta que cambie tu humor. Poco a poco se convertirá en una especie de ritual para recuperar tu estado de ánimo positivo.

  • Aprende cuándo debes alejarte. Es importante ser consciente de cuándo tu estado de ánimo interfiere con los demás. Es vital saber cuándo las emociones nos están controlando para, por ejemplo, interrumpir una discusión que sabemos de antemano que no podremos afrontar. Los cambios de humor repentino suelen acusarse más con las discusiones, por lo que es recomendable apartarse por unos momentos y volver cuando nuestra mente esté más despejada y  nuestro estado de ánimo haya vuelto a la normalidad.

  • Piensa antes de hablar. Párate a pensar antes de contestar a la otra persona movido por tus emociones.

  • Descansa de vez en cuando. El descanso calma la inestabilidad emocional. Un cambio de contexto o de lugar es útil para despejar nuestras ideas. En caso de que las emociones nos invadan es muy recomendable parar un momento, contar hasta diez y distraernos con cualquier cosa que nos ayude a relajarnos.

  • Hacer ejercicio. Realizar ejercicio incrementa los niveles de dopamina en sangre, un neurotransmisor que ejerce un papel esencial a la hora de regular nuestro estado de ánimo y hacernos sentir mejor.  No es necesario realizar una gran cantidad de ejercicio al día. Pequeños paseos de unos 30 minutos aproximadamente nos pueden ayudar a manejar y contener las emociones negativas que aparecen durante los episodios de cambios de humor.

  • Hablar con alguien de confianza. Manifestar nuestras preocupaciones y expresar nuestros sentimientos a alguien de confianza nos hará sentir mejor, calmará nuestro ánimo y hará que no nos sintamos solos ante esas situaciones. No obstante, si estos cambios aparecen de manera recurrente, se recomienda acudir a un psicólogo o especialista en salud mental que nos pueda ayudar.

  • Escribir acerca de nuestros sentimientos. Nos ayudará a conocernos a nosotros mismos, a desahogarnos, a poner en orden las ideas y a ser conscientes de qué circunstancias desencadenan o facilitan estos cambios. Si además registramos por escrito estos cambios diariamente podemos ser más conscientes de nuestras fluctuaciones, saber qué las provoca o si existe un determinado patrón de comportamiento. De esta manera será más fácil preverlas y, en algunos casos, evitarlas.

  • Conocer los motivos de nuestros cambios de humor. En muchas ocasiones no somos conscientes de los estímulos o hechos que alteran nuestro estado de ánimo. Es aconsejable conocer qué situaciones, temporadas o estímulos pueden ejercer un efecto sobre nuestro humor. Por ejemplo, si sabemos que durante el síndrome premenstrual pueden aparecer cambios bruscos de humor, será más fácil manejarlos.

  • Busca ayuda profesional. A pesar de que los cambios de humor son algo normal y pueden aparecer sin estar asociados a ningún tipo de afección mental o emocional, si se dan de manera recurrente pueden interferir seriamente en nuestro día a día. Además, los sentimientos de angustia pueden intensificarse y, en caso de que no aprendamos a manejarlos, aparecerán cada vez más a menudo. Es importante buscar ayuda profesional para que un especialista nos guíe y nos ayude a gestionar los altibajos. Aprenderás estrategias útiles de afrontamiento, asertividad, solución de problemas, consecución de rutinas... para lidiar con los cambios de humor y sus consecuencias en tu vida.

  • Hábitos de sueño saludables. Cuando dormimos poco puede cambiar nuestro humor. Debemos dormir al menos 7 horas al día.

  • Evita el consumo de alcohol y drogas. Es común y muy peligros recurrir al alcohol y las drogas cuando estamos tristes, pero lejos de ayudarnos, favorecen la aparición de desórdenes del estado de ánimo y pueden afectar también a la calidad del sueño. 

  • Trabaja la inteligencia emocional. Además de servirte en otras circunstancias de tu vida, aprenderás a gestionar los problemas de esta manera identificando correctamente tus sentimientos, ya que serás capaz de transmitirlos a los demás de manera asertiva y sin hacer daño.



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